Entrevista con motivo de la presentación del libro Redescubrir la familia: "Te vamos a ayudar a contruir tu familia en las mejores condiciones posibles"
Después del Sínodo de la Familia el Papa Francisco dejó en nuestro tejado muchos aspectos para que reflexionemos sobre el presente y el futuro de la familia. Uno de las herramientas con las que contamos es el recién publicado libro “Redescubrir la familia” (Ed. Palabra) coordinado por el sacerdote Nicolás Álvarez de las Asturias. En él han participado 13 autores que desde las diferentes disciplinas han colaborado para poner luz en este debate. María Álvarez de las Asturias, Directora del Instituto personal y familiar Coincidir, y experta del Tribunal eclesiástico de Madrid, y coautora del libro, nos presenta esta herramienta tan necesaria.
¿Por qué surge la idea de este libro?
La iglesia ha puesto en el centro de la atención del mundo a la familia y al matrimonio, pero nos pareció que se estaba hablando mucho de aspectos polémicos dejando a un lado las iniciativas de ayuda a la familia y al matrimonio menos conocidas pero muy eficaces y que están ayudando dentro y fuera de ella. Pensamos en porqué no reunir todas las aportaciones de personas que están trabajando con una misma sinergia y lo pusimos en común. El libro pretende ser una ayuda desde diferentes aspectos.
¿Y cuáles son esos aspectos?
Esta dividido en varias partes. La primera: Reflexionar. Se escribe desde el Derecho Canónico y la Universidad. Planteamos qué es la familia, qué le pasa, cómo se pueden mejorar las cosas desde los estudios. El artículo de Javier Escribá de la Universidad de Navarra es muy bueno. Defiende que hay que formar a personas capaces de ayudar a la familia, pero hay que formarlas con un nivel científico y profesional muy alto, con el mismo rigor científico que otros estudios.
Otra parte es Construir. Y hacerlo desde los colegios donde las familias se apoyan principalmente. Alfonso Aguiló escribe como se puede dar esa ayuda a la familia en la escuela. Nieves González Rico habla de la educación afectivo sexual. Desde el punto de vista de qué hacer si a pesar de lo que enseñamos a nuestros hijos meten la pata, se equivocan. El sufrimiento que puede provocar a unos padres que ven a unos hijos con unas conductas que no les gustan, puede hacer mucho daño. Daniel Granda de la Universidad San Dámaso explica como transmitir el Evangelio. El mensaje es: Te vamos a ayudar a construir a tu familia en las mejores condiciones posibles.
Sanar es otra de nuestras propuestas. Y hacerlo desde el acompañamiento, desde la orientación familiar, entender el amor, vivir mejor las relaciones cuando tienes alguna dificultad. A lo mejor no ha explotado, pero si no tomamos medidas puede llevarnos a un problema. Hay personas que ya están inmersos en esos problemas y ahí entramos con la resolución de conflictos antes de la ruptura. Y en esa parte la Iglesia aporta mucha ayuda que sería recomendable incluso abrirla a la sociedad civil, no solamente para acompañar sino para resolverles el conflicto por el que pasan.
Antonio Diez, escribe sobre la función sanadora de los tribunales eclesiásticos, es muy desconocido. Porque en un proceso jurídico podemos ayudar a las personas a entender la verdad de lo que ha pasado en su matrimonio, si el proceso se hace bien uno puede ver qué causas han llevado al fracaso y viendo esas causas se pueden tomar medidas para solucionarlo. O por ejemplo la ayuda a las mujeres separadas que ofrece Betania.
Estés en la situación que estés, el libro te da una solución si quieres vivir mejor una relación afectiva. Te dice que tienes estas herramientas si tienes una dificultad o una duda, y es más, si tienes ya un problema, se da una solución. El libro es muy práctico.
Como experta en orientación familiar, en temas de familia ¿crees que cuando la familia pide ayuda llega demasiado tarde, ya casi rota?
Sí, completamente cierto. Las personas llegan tarde porque pedir ayuda es reconocer un fracaso. El reto es cambiar el mensaje, para que las personas sepan que existen herramientas para vivir las relaciones mejor, si hay algo que te está costando tienes herramientas para quitar ese peso y que entiendas que la solución no está en romper. La gente que pide ayuda pronto se queda más tranquila, porque descubren que no es un problema grave, que puede ser fruto de la adolescencia por ejemplo. Cuando más tarde pedimos ayuda más cansados estamos y más difícil es solucionarlo.
La orientación familiar es todavía un gran desconocido, ¿verdad?
Las familias están muy solas, y están haciendo todo lo que pueden, ¡bastante hacen!. Que las familias sepan que si necesitas una solución ya existe. Si no lo contamos no llegamos a todos los que tenemos que llegar. Yo pido, aunque suene brusco, que hay que exigir a la Iglesia y la Sociedad pasar de la teoría a la práctica, no basta con defender a la familia, hay que dar respuestas concretas, inversión para formar personas de manera rigurosa, científica y profesional. Yo la pido a las diócesis, a las empresas y universidades....
El Papa nos insiste en que lleguemos a las periferias y a las periferias se llega desde la familia. ¿Quién atiende a los enfermos?, a los más débiles, a los más necesitados, a una persona que ha sufrido violencia, que ha sido abandonada. Cuidando a la familias cuidaremos esas periferias, se trata de prevenir. El Sínodo nos ha interpelado, diciendo pedir información a los sacerdotes y agentes de pastoral sobre matrimonio y familia, tenemos mucho por hacer desde dentro.
Todos los autores de “Redescubrir la familia” piden que se suba el nivel de los estudios, que hay que llegar a más personas, debemos invertir tiempo, dinero y personal. Hay que formar mas profesionales capaces de atender a las familias, no podemos crear listas de espera por falta de medios.