Una de las etapas que más preocupa a las familias es la temida adolescencia de los hijos. Superados los primeros años de mayor dedicación y cuidados a los niños pequeños, cuando son más dependientes de sus padres, llega la adolescencia. Etapa que va desde los 12 a los 16 años y que debemos mirar como una etapa de especial belleza. La llegada de los hijos a la adolescencia requiere por parte de los padres una actitud comprensiva ante los cambios y las transformaciones que están sufriendo los hijos a esta edad. No vamos a profundizar aquí en los cambios físicos, hormonales… pero si os animamos a conocerlos para poder comprender al hijo adolescente.
La adolescencia se caracteriza principalmente por el cambio, entendiendo este cambio como un proceso hasta alcanzar la propia identidad. Los padres conocedores del proceso pueden admirar la belleza del cambio, ayudar a sus hijos y vivirlo con mayor tranquilidad. El adolescente se enfrenta en esta etapa a la pregunta ¿quién soy yo?, donde el logro a alcanzar es la construcción de la propia identidad.
En esta diferenciación entre mis expectativas y deseos y los de mis padres es donde surgen la mayoría de los conflictos familiares con adolescentes. En este momento el adolescente se da cuenta que hay un mundo más allá de la familia y que algún día tendrá que moverse en el mundo como un ser adulto e independiente y empieza a probar, por eso se produce un distanciamiento y una menor comunicación con la familia. Ante el miedo a crecer y a lo desconocido, a asumir las responsabilidades propias de los mayores aparecen sentimientos de inestabilidad emocional, que generan situaciones de tensión como la falta de comunicación, las contestaciones fuera de tono, ensimismamiento o falta de actividad, largas horas encerrados en su cuarto… Es fundamental que en esta etapa en la que el adolescente se encuentra como en una barca sin rumbo los padres aporten esa seguridad. Manteniendo las normas en casa y siendo firmes con los límites. Ofreciendo espacios de diálogo, acercándose a los intereses del joven y siempre respetando sus espacios e intimidad. Los amigos cobran especial importancia en esta época, es bueno que los padres conozcan a sus amigos y los ambientes en los que se mueven.