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Navidad y familia ¿perfecta armonía?


Al celebrar la Navidad con nuestros familiares y amigos nos podemos encontrar con diferentes formas de vivir y sentir la Navidad. Y, aunque muchas veces no lo entendamos, en estas hechas es muy común llegar al conflicto:

  • Se puede producir tensión en nuestro matrimonio. A veces, el compartir más tiempo juntos no es todo lo gratificante que esperábamos: Pueden generarse más tensiones y desavenencias. En esos momentos es muy positivo reflexionar sobre aquellos temas que generan más tensión, por ejemplo, donde vamos a celebrar la Navidad, ¿con tus padres o con los míos?, ¿en el pueblo o en la ciudad?. Es esencial que lleguemos a un acuerdo en el que ambos renunciemos a parte de nuestros deseos para llegar a un consenso y, por tanto, a un “bien mayor” para el matrimonio.

  • Los encuentros con la familia también se pueden convertir en conflictos. Es cierto que a veces esos encuentros se complican pero ¿y si enterramos el hacha de guerra?. Para ello intentemos tener una actitud tranquila que minimice las tensiones. También debemos cuidar lo que decimos y como lo decimos. Quizás es un buen ejercicio en estos días empatizar con los demás e intentar entender el motivo que les lleva a pensar así.

Y, por supuesto, en la medida de nuestras posibilidades, evitar temas conflictivos: fútbol, política, problemas sentimentales etc., es decir, vamos a hablar de todo aquello que nos une y no de lo que nos separa. Tras esta reflexión lo que queda de manifiesto es que no hay Navidades perfectas pero quizás sea porque perdemos la esencia y nos dejamos absorber por la publicidad que nos bombardea, las compras, las fiestas etc. Todo esto nos aleja de la Navidad y no nos deja ver la enorme alegría que es vivir un año más la llegada del hijo de Dios a nuestras vidas, a nuestros hogares. También debemos recordar que es un momento importante para dedicar a la gente a la que queremos. Siéntate con tu hijo a leer un cuento sobre la Navidad, abraza a tus padres y canta con ellos esos villancicos que animaban vuestra infancia, recuerda a los que se han ido con cariño y dales un sitio especial, tómate un café con ese amigo o amiga que hace mucho tiempo que no ves … Y no debemos olvidar nunca que es muy importante forjar un recuerdo de la Navidad en los niños que forman parte de nuestras vidas (hijos, sobrinos ahijados …), si lo hacemos conseguiremos sembrar una semilla que dará sus brotes a lo largo de toda su vida y que florecerá con más fuerza cada 25 de Diciembre.


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