Recogemos a continuación la crónica de Isabel Agustino, psicóloga de la Fundación Cof Getafe, después de asistir al curso “Trauma post-aborto”, que tuvo lugar en la Parroquia de la Asunción de Parla el pasado 30 y 31 de enero.
Impresionante.
No hablamos de números. No hace falta. Es tan tremendo 1 como 100. Pero cada uno de ellos es revivido a lo largo de toda una vida, o vidas, pues el aborto no sólo se ceba sobre el cuerpo que le sirvió de tumba, sino sobre todos los que participaron en esta decisión.
Es impresionante comprobar que la mujer que aborta no sólo sufre estrés postraumático por la pérdida sufrida, sino por el abandono irracional de quién debiera estar más cerca en esos momentos, su familia. Madre, padre, hermano o pareja suelen estar involucrados en esta solución fatal, cuyas víctimas finales son madre e hijo.
Pero mucho más impresionante es comprobar cómo la búsqueda de una solución a esta herida física, emocional, psicológica, espiritual, encuentra en la Misericordia de Dios una terapéutica eficaz. Este Tratamiento ha de pasar por diversas fases; puede durar meses o incluso años; requiere de herramientas psicológicas, que provean a la mujer y su familia de estrategias para canalizar el episodio vivido y gestionar su dimensión cognitiva y emocional.
Y de nuevo, es impresionante que gracias a la preocupación de personas por esta realidad exista una respuesta por parte de la Iglesia que como Madre acoge y muestra la misericordia de Dios.