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Me refugio en tí


Ante los acontecimientos vividos por migrantes y desplazados que llegan a las puertas de Europa

La Delegación de Migraciones de la diócesis de Getafe, a la que se suman Cáritas y CONFER diocesanas, desea hacer la siguiente declaración:

ME REFUGIO EN TI

“Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve” (Sal 31)

Las cifras son conocidas. Casi 60 millones de desplazados por las guerras al 31 de diciembre de 2014. El país que se lleva el triste record: Siria (23 millones de habitantes): 8 millones al interior y 4 millones al exterior. 240.000 muertos en cinco años de guerra. Le siguen, Afganistán, 2,59 millones, Somalia, 1,1 millones. Pero, también: Eritrea, Nigeria, Irak. En lo que va de año, han cruzado el Mediterráneo 350.000 personas, y se han dejado la vida más de 2.000. Pero, las regiones que más han acogido a esos desplazados han sido las regiones en desarrollo (Líbano, Jordania, Turquía, Egipto…): 12,4 millones (86%), la más elevada desde hace 20 años.

Mas no son solo las guerras declaradas, sino la guerra permanente de la penuria y de la falta de futuro para sí y para sus hijos, lo que lleva a emprender un largo e incierto viaje. Ponerse en manos de los traficantes cuesta una fortuna. Solo una minoría puede hacerlo.

Durante años, la respuesta a ese problema por parte de Europa, ha sido, en unos casos ignorarlo, en otros, implementar medidas policiales o militares, de vigilancia y defensa de las fronteras, levantar vallas y cuchillas. Pocos medios, descoordinación, falta de voluntad política para atacar las causas a largo plazo y ofrecer verdaderos recursos de acogida y acompañamiento. Medidas cicateras y mensajes de desconfianza ante el extranjero. Todo ello, acompañado por grandes declaraciones sin efectos concretos.

Y no habrá sido por falta de llamadas de atención desde hace largo tiempo: organizaciones humanitarias, de derechos humanos, ONU, la Iglesia católica, con el Papa Francisco en primera línea. Llamadas, acompañadas de acciones concretas de solidaridad y misericordia. Hasta que la situación se ha hecho insostenible, y se empiezan a tomar algunas medidas para rebajar la presión.

Todos los que actúan y tratan el hecho de la migración, saben algunas cosas que conviene recordar en estos momentos, para que, una vez más, no se quede todo en una subida de presión puramente mediática y efímera. La Delegación de Migraciones, desde nuestra conciencia cristiana y en nombre de la Diócesis, invita a reflexionar sobre alguna de ellas:

- La migración, antes que un problema es un derecho.

- Cuando se produce como respuesta a condiciones de vida injustas, de violencia, de pobreza, de falta de futuro, hemos de preguntarnos: ¿qué hacemos para combatir esas causas?, cada cual en el ámbito que pueda y quiera actuar: político, económico, religioso, asociativo, intelectual, etc. La presión sobre poderes públicos a veces ciegos o metidos en sus burbujas, también forma parte de lo que se puede y se debe hacer.

- Ante las situaciones de peligro, de sufrimiento, de abusos, lo primero no es preguntar por el documento de identidad, sino socorrer, ayudar, sanar, defender a las víctimas. Según las posibilidades de cada cual y de cada institución, las medidas serán diversas y complementarias. La única no aceptable es la de la indiferencia. La mejor: el trabajo conjunto desde todo tipo de instituciones y personas de buena voluntad.

- El migrante y el refugiado no es solo un necesitado de ayuda. Es alguien con una historia, unos valores, unos conocimientos, un proyecto de vida. La comunidad -política o eclesial- que lo descubra, saldrá siempre enriquecida. El futuro a construir juntos será siempre humanamente más rico. En el asunto que nos ha llevado escribir estas líneas, hace falta estar ciego para no comprender la riqueza del coraje, la ilusión, la capacidad de emprendimiento, a menudo el bagaje formativo, de tantos jóvenes que llaman a las puertas de esta Europa envejecida y cansada y que tanto pueden y quieren aportar.

En la diócesis de Getafe, algo sabemos de lo que es acoger al extranjero. Alrededor de 180.000 personas de origen extranjero viven en nuestros pueblos y ciudades, un 16% de nuestra población. En la DD de Migraciones, acompañamos y asesoramos anualmente a una media de 2.500 personas y familias, proponemos cada año una formación de agentes pastorales de integración. Parroquias, Cáritas y comunidades religiosas acogen y acompañan igualmente a través de diversos medios y proyectos. Numerosas son las iniciativas hoy en marcha. Todos podemos hacer algo.

A la espera de las medidas solidarias y de acogida que el gobierno central, autonómico y los municipios de nuestra diócesis decidan adoptar, y de acuerdo con las entidades de acción social de la Iglesia a escala nacional (nota de prensa del 8/09/15), la diócesis de Getafe invita a particulares e instituciones religiosas a ofrecer espacios de acogida para familias de refugiados, voluntarios para acompañar y otros medios de que dispongan. Los que puedan y quieran implicarse en esta red, pueden registrar sus datos en:

Delegación Diocesana Migraciones: Tel. 916815111 – migraciones@diocesisgetafe.es

Obispado: Tel. 916961765 – obispado@diocesisgetafe.es

Cáritas diocesana: Tel. 916950348 – secretaria.cdgetafe@caritas.es

Confer diocesana: Tel. 690 132 334 – getafe@confer.es

En el salmo que encabeza esta declaración, el salmista clama a Dios, pidiendo refugio y cobijo ante la prueba. El refugio del Señor no le faltará a nadie, y muchos de los que están llegando a Europa, hombres y mujeres de fe, lo saben y les ayuda. Nos unimos a ellos con nuestra oración, que si es auténtica, nos transformará a nosotros también en refugio de tantos sometidos al oleaje de la violencia y la injusticia.

Getafe, 8 de septiembre de 2015

Delegación Diocesana de Migraciones

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