Desde el día 22 de septiembre y hasta el día 27 ha tenido el encuentro Mundial de las Familias (EMF) en la ciudad de Filadelfia, en Estados Unidos. Los encuentros mundiales de las familias se celebran cada tres años. El primero tuvo lugar en Roma en 1994 durante el pontificado de San Juan Pablo II. Los siguientes han sido en Rio de Janeiro, Manila, Valencia, Ciudad de Méjico y Milán. El fin de estos encuentros es ayudar a las personas a comprender que la familia es un don de Dios que necesita abrirle su corazón a Jesucristo.
En declaraciones del Padre Donovan, explicó que la familia “es el lugar en donde nos sentimos más amados, más protegidos, más seguros y valorados. En la economía natural de las cosas, se podría decir que el mayor don que Dios nos ha dado, después de la vida, es la famila”.
La organización de la semana del Encuentro Mundial de las familias está dividida en tres partes: un congreso internacional del 22 al 25 de septiembre, un festival artístico con el Papa Francisco en el que habrá diversos testimonios de familias de todos los continentes; y la Misa final en el parque Benjamin Franklin.
El Papa Francisco señala que la familia es la primera escuela y el “primer hospital”. Cuando el habla de las familias como primer hospital, en referencia a las heridas y las debilidades, nos está indicando que en la familia es el lugar donde los problemas son acogidos y curados de manera natural. Lugar de sanación y de prevención.
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